Hace unas semanas, tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Tulum en Quintana Roo. Es un lugar que no deja de sorprenderme. La primera vez que conocí este pueblo mágico fue justo antes de la pandemia, en febrero de 2020. Desde entonces, su concepto y oferta como sitio turístico me dejaron perplejo. Puesto que su vegetación y tamaño, me hacen recordar Ciudad Valles y la Huasteca Potosina, lugares en donde crecí y el turismo todavía deja mucho, pero mucho que desear.
Tulum, es uno de los 11 municipios del estado de Quintana Roo, situado en la costa de la Riviera Maya, al sur de México. A tan solo 118 km del aeropuerto internacional de Cancún. El municipio está compuesto por 11 localidades, albergando a 46,721 habitantes según el último censo del INEGI en 2020. La cabecera municipal concentra el 71.4% de la población.
Considerando datos demográficos y económicos, el municipio de Tulum no destaca en lo absoluto. Más bien es bastante promedio, se ubica como uno de los 576 municipios en nuestro país con una población de entre 25,000 y 100,000 habitantes, dicha muestra representa un 24% de los municipios totales del país y alrededor de un 35% si descartamos los que son menores a 5,000 habitantes. Sin embargo, lo interesante es ver cómo se diferencia del resto y cómo ha evolucionado la industria turística que gira alrededor del “wellness” y de la etiqueta “pueblo mágico” que lo caracteriza desde su fundación como municipio en 2008.
Su progreso es evidente, basta con una vuelta al corredor hotelero que es uno de los más exclusivos del país, en donde cientos de hoteles se lucen con su arquitectura única y especial, rodeados de la jungla maya, aprovechando los paisajes y vegetación, pero siempre minimizando el impacto ambiental, práctica que muchas empresas parecen haber olvidado.
Tulum tiene un mercado específico: el turismo de élite. A diferencia de otros lugares, aquí la exclusividad se separa completamente del lujo. Puedes gastar más de $500 dólares por noches en cuartos de hotel sin aire acondicionado. Los bares ofrecen cervezas a $150 pesos cada una en terrazas de palma. Desde hace años, es un imán para los nómadas digitales del mundo.
Si bien es cierto, que tener el segundo aeropuerto más transitado del país a poco menos de 2 horas en un viaje de automóvil y playas de ensueño a la vista de todos son ventajas que se pueden explotar con facilidad, pienso que estas no son necesariamente determinantes para su desarrollo. Hay muchas otras cosas que Tulum está haciendo bien, pues el ofrecer rendimientos de hasta un 11% en inversiones inmobiliarias es muestra de ello.
En un contexto en el que el turismo puede desempeñar un papel crucial en el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida en diversas regiones de México, es esencial mirar hacia otros "Pueblos Mágicos" y aprender de la experiencia de lugares como Tulum. La clave esta en aprovechar la identidad y los recursos únicos de cada localidad para atraer a visitantes de todo el mundo, fomentando un turismo sostenible que beneficie tanto a los habitantes locales como a los visitantes.
Para lograrlo, es primordial realizar inversiones estratégicas en infraestructuras que promuevan la facilidad de servicios y la seguridad de los turistas, al mismo tiempo que se conserva y respeta el entorno natural y cultural de cada espacio.
Un promoción adecuada a nivel nacional e internacional, apalancada en la historia, la cultura y las atracciones propias de cada "Pueblo Mágico," puede despertar el interés de viajeros que buscan experiencias únicas.
¿Y tú? ¿Cómo crees que podamos potencializar el turismo en nuestro país?